Cubismo
Cubismo. Pintura y escultura cubista
Los orígenes del Cubismo giran en torno a 1907, fecha en la que Picasso concluye Las Señoritas de Avignon, que será el punto de partida.
George Braque junto con Picasso son los inspiradores del movimiento y algunos de los principales maestros son Juan Gris, Fernand Leger, Jean Metzinger y Albert Gleizes, pero con anterioridad, Cézanne ya habría marcado el camino.
Cézanne recibió la influencia del Impresionismo y reaccionó contra él. Rechazó la impresión en favor de una comprensión más profunda de la realidad. Su fórmula era la forma-color. Él cree que la naturaleza no se dibuja, sino que se manifiesta a través del color. Cuanto más color se precisa más aparece el dibujo de los objetos, pero aparece en la forma. Por eso, la pintura de Cézanne no es una pintura dibujada, sino una pintura de volúmenes, de formas. Y una vez creadas, hay que relacionarlas entre sí, surgiendo aquí el problema de los planos, que lo impulsa a mirar los objetos desde varios puntos de vista.
Dada la geometrización de las formas y volúmenes, en el arte cubista predominan las líneas rectas, modeladas básicamente por cubos y cilindros. Esta técnica causa una sensación de pintura escultórica, debido a que renuncia a la perspectiva, así como al «claroscuro» y empiezan a utilizase colores neutros, predominando el blanco, negro, gris, ocre y el marrón.
El viaducto de L'Estaque muestra el interés de Braque por jugar con la perspectiva y romper los temas en formas geométricas, dos rasgos clave del cubismo.
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